
Nueva decepción en Montilivi (1-2)
El Athletic Club remonta en seis minutos el gol inicial de Stuani y condena al Girona a una nueva derrota en casa, donde hace más de cinco meses que no gana
En Montilivi no hay manera. Desde finales de octubre que el Girona no gana ante su afición. Sólo dos triunfos en toda la temporada son el pobre bagaje del equipo como local, el peor de la categoría. Paradójicamente, los de Eusebio son el tercer mejor visitante, sólo superados por los colosos Barça y Madrid.
Hoy parecía que sí, que podía ser el día de romper el maleficio de Montilivi. Enfrente el Girona tenía a uno de los históricos de la Liga, el Athletic Club, que desde la llegada de Garitano ha pasado de rozar el descenso a rozar posiciones europeas. Rival duro de roer que los gerundenses han sido capaces de superar, en líneas generales, a lo largo de una primera mitad táctica y muy intensa pero en la que prácticamente no ha habido ocasiones de gol: sólo un remate de espuela de Williams, sin dificultades para Gorka, durante la primera media hora de juego. Portu también lo ha probado, pero se le ha escapado el control cuando ya estaba solo ante Herrerín. Y ha sido entonces cuando ha aparecido Stuani.
El uruguayo, que está en un momento de forma estratosférico, se ha elevado por encima de su defensor para marcar, con un gran cabezazo marca de la casa, un buen centro de Raúl García. Corría el minuto 36 y el 1-0 de Stuani significaba el 17º para su cuenta realizadora, sólo superado por Messi y Luis Suárez en la clasificación del pichichi de Primera División. Un tanto que hacía estallar Montilivi, que por sensaciones intuía que, hoy sí, terminaría en final feliz.
Pero en la segunda mitad el partido ha cambiado radicalmente. Los de Eusebio han perdido la tensión y la intensidad habituales y, en dos fallos de concentración, Iñaki Williams (minuto 52) y Raúl García (59) han remontado el partido. El equipo no ha sido capaz de responder a dos golpes tan seguidos. Eusebio ha cambiado a Muniesa, que ha realizado un buen primer tiempo como pivote defensivo, por la velocidad de Valery. También lo ha probado dando entrada a Doumbia y finalmente a Roberts, pero los gerundenses no han sido capaces de reponerse anímicamente ni a nivel de juego: el poco control, las imprecisiones y la falta de claridad han acabado provocando una nueva derrota en casa.
Pero no hay tiempo para lamentaciones. Toca levantarse y retomar el reto ante uno de los estadios y uno de los equipos fetiches del Girona desde que está en Primera División. Nada menos que el Wanda Metropolitano y el Atlético de Madrid, en el partido de Liga del próximo martes a las 19:30h. Lejos de Montilivi, este equipo ya ha demostrado que es capaz de todo.