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Éxtasis en Montilivi (1-0)

Un gol de Samu Saiz en el 94' supone la victoria ante el Huesca

El Girona lo buscó todo el partido y lo encontró. Al final, en la última jugada. Cuando todo parecía que terminaría en empate Samu Saiz recogió un balón muerto dentro del área, proveniente del salto entre Stuani y el portero Álvaro, y la empujó con suavidad. Con delicadeza. El balón entró raso, en un recorrido en diagonal que se hizo eterno en Montilivi. El estadio aguantó la respiración mientras el balón avanzaba entre piernas de los defensores rivales. Hasta que llegó el éxtasis. La locura colectiva por un 1-0 que es fundamental para reengancharse a la lucha por el ascenso directo y que puede ser un punto de inflexión determinante para el camino que queda hasta final de temporada.

Los de Pep Lluís Martí eran conscientes del reto. Y lo demostraron sobre el césped, estimulados por la moral obtenida en Fuenlabada y, sobre todo, haciendo gala de aquella intensidad que tanto había caracterizado al Girona. Aunque el inicio del partido estuvo trabado, los gerundenses fueron ganando terreno, en parte gracias a la presión asfixiante ejercida sobre la salida de balón de los rivales. En el primer tiempo lo probaron desde la frontal Maffeo y Aday, ya en el ecuador, y sobre todo Stuani, que tuvo la más clara antes del descanso con un cabezazo de aquellos que no suele fallar. Sin embargo, el remate se le fue rozando el larguero.

El equipo salió de los vestuarios a por el partido y fue empujando al Huesca a su propio campo. Los aragoneses fueron un rival muy, muy duro de roer, adaptándose al dominio de los gerundenses para defenderse con mucho oficio. Ni con 10 hombres pusieron las cosas nada fáciles -Rafa Mir fue expulsado en el 72' con roja directa tras un choque con Granell-. El Girona apretaba pero no conseguía encontrar el premio. Stuani y Maffeo lamentaron dos ocasiones muy claras. La lucha dentro del área también era muy dura. El partido iba muriendo al mismo ritmo que aumentaba la tensión y, también, el nerviosismo. Hasta que Stuani saltó un balón con el portero Álvaro que acabó en pies de Samu Saiz. Y llegó el gol del ex. El gol de la justicia. El gol del retorno de la ilusión.